Adelfas con pulgón
Pedro Nieto.- 7 de julio de 2012
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Tener una cierta cantidad de pulgón en nuestras adelfas no supone ningún inconveniente sino más bien todo lo contrario. Me explico. Este bonito áfido es olífago, es decir, vive solo en un reducido número de especies afines (apocynáceas y asclepiadáceas) aunque su planta nutricia principal es la adelfa (Nerium oleander) como su propio nombre científico indica. Por tanto, este pulgón no supone ninguna amenaza para el resto de las plantas de nuestro jardín y huerto (cuidado con la stephanotis ¡¡). En cambio es una presa muy apreciada y ávidamente consumida por muchos enemigos naturales. De hecho, se estudia la posibilidad de introducir adelfas en los márgenes de los cultivos agrícolas como una interesante planta refugio de insectos afidófagos (lástima que este pulgón transmita ciertas enfermedades víricas).
Debemos considerar a la adelfa como una valiosa herramienta de control biológico en las zonas verdes pues funciona como una verdadera despensa de comida fresca para nuestros insectos auxiliares los cuales pueden establecerse en el jardín de manera preventiva. De esta manera, nuestros aliados estarán suficientemente establecidos y preparados para afrontar ataques posteriores de otros pulgones polífagos más peligrososs. Son desaconsejables las podas severas de rebaje que muchos jardineros practican a las adelfas a ras de suelo ya que con los restos de poda se tiran también numerosos efectivos beneficiosos (huevos, larvas, pupas y adultos). Al ser una especie peremne, sirve de refugio a sus estadíos invernantes, vital en zonas de clima frío.
Para tener las poblaciones de pulgón controladas podemos realizar sueltas de larvas de mariquitas (Adalia bipuntata), mosca de las flores (Episyrphus balteatus), mosquitos cecidómidos (Aphidletes aphidimiza) o crisopas (Chrysoperla carnea). Debemos también tener controlados a sus amigos naturales, las hormigas "pastoras" y en especial con la especie tetramorium caespitum, tremendamente agresiva con la fauna auxiliar y de hábitos nocturnos.
Pulgón de la adelfa depredado por diversos enemigos naturales |
Los jardines biodiversos (con numerosas especies vegetales) responde extraordinariamente bien al establecimiento de la fauna auxiliar. Si dejamos de realizar tratamientos insecticidas, pronto empezaremos a ver pulgones momificados por Lysiphlebus testaceipes, escarabajos errantes en busca insectos terrestres o telas e araña camufladas entre el follaje.
La presencia de momias de Aphis nerii delata la presencia en nuestro jardín de avispas parasitoides |
El problema viene cuando las poblaciones de pulgón se disparan, se suman al ataque otras especies de pulgones polífagos (Aphis craccivora, Aphis fabae, Hyalopterus pruni, etc ) y se origina un problema de múltiple índole:
- Higiénico derivado de la excreción de sustancias azucaradas que ensucian el pavimento y se adhieren a nuestra ropa y calzado.
- Estético ya que las plantas se ponen negras debido a que sobre esta sustancia pegagojas se asienta la fumagina o "negrilla" (diferentes especies de hongos que viven a expensas de la melaza sobre la cara superior de las hojas). También se produce pérdida de floración.
- Directo sobre la planta. Los ataques severos de pulgón deforman las hojas y la negrilla disminuye la superficie fotosintética por lo que está en juego la propia supervivencia de la planta.
- Ecológico por el contagio a otras especies autóctonas. Es frecuente observar A. nerii sobre los cornicales (Periploca sp) próximos a los residenciales costeros de Canarias y del Mediterráneo.
Esta explosión demográfica del parásito, que ocurre en muchos jardines de manera recurrente cada primavera, se debe en parte al sistema tradicional de contención química que esquilma las poblaciones de enemigos autóctonos naturales. Hemos comprobado la ineficacia de los tratamientos insecticidas sobre jardines que siguen teniendo problemas serios de pulgón después de haber sido tratados periódicamente con productos químicos insecticidas durante más de diez años. Para comprender este desequilibrio urbano basta con observar las adelfas autóctonas de nuestros ríos y ramblas donde los ataques de pulgón son compatibles con el normal desarrollo fisiológico de las plantas debido al equilibrio ecológico conseguido durante siglos de convivencia entre parásitos y depredadores.
¿Que podemos hacer en casos de sobreinfectación de pulgón?
Para el control biológico de los pulgones está indicado el hongo entomopatógeno verticillium lecani el cual se aplicará mezclado con un coadyuvante para mejorar su eficacia.
También podemos reducir las poblaciones de pulgón con un tratamiento de jabón potásico el cual no solo es eficaz contra el parásito sino que también lava y limpia los brotes y hojas de melaza y negrilla. Pasados 10-15 días deberemos quizás repetir el tratamiento o bien emplear azadiractin, insecticida natural autorizado en el ámbito de parques y jardines y con un buen efecto contra pulgones que tiene la particularidad de respetar a la fauna auxiliar autóctona (depredadores, parasitoides y polinizadores). En la adelfa de ornamento no está justificado el empleo de insecticidas de síntesis ni otras materias activas catalogadas.
Podría caber una excepción cuando las adelfas se llevan a porte arbóreo y están dispuestas en alineación urbana en cuyo caso se puede originar un problema higiénico-sanitario que afecta gravemente a los vehículos, mobiliario urbano, animales y usuarios que transitan por debajo. Este supuesto se tratará dentro de un capítulo de control integrado de zonas verdes urbanas.