El valor de la espadaña
Pedro Nieto Carrasco
La anea es el equivalente vegetal del cerdo. Se aprovecha todo.
Leí en un libro de supervivencia que es el único recurso natural que tiene cinco de las seis cosas imprescindibles para sobrevivir, solo le falta el compañerismo.
El Cattail de Asia, Totora de Sudamérica o los puritos de nuestras charcas corresponden a la planta acuática del género Typha, normalmente T. latifolia que es la más extendida del planeta. Desde hace 8.000 años, la totora se ha utilizado para encender fuego por fricción, accesorios domésticos, muebles, calzado, tejados y un sinfín de artículos relacionados con el trabajo y la actividad social de la misma manera que en España hemos utilizado la mimbre y el esparto. A nivel culinario, todas sus partes se consumen de una u otra forma.

Pero vamos a lo que nos interesa que siempre estamos pensando en lo mismo. El polen es un excelente alimento alternativo para los ácaros fitoseidos depredadores. Resulta que los ácaros del género Noseiulus (=Amblyseius) tienen la capacidad de sobrevivir consumiendo polen aun en ausencia de presas. Depende del tipo de polen pueden incluso completar su ciclo vital sin necesidad de consumir presas vivas. El polen de la espadaña les encanta y es relativamente económico de conseguir por su carácter anemófilo.
Partiendo de este hecho, podemos darle al polen de anea varios usos en función del tipo de cultivo
- Cultivos hortícolas invernados: se aplica el polen cuando se introducen los ácaros depredadores. Podemos soltar ácaros y polen de una manera temprana para que se establezca una colonia fuerte y podamos luchar contra las plagas de manera preventiva. También podemos utilizar polen cuando la plaga esté casi totalmente controlada para mantener los ácaros operativos en caso de posibles reinfecciones evitándonos así tener que hacer inoculaciones sucesivas. En casos de afecciones endémicas donde existe un programa de reintroducciones periódicas, la suelta de polen nos permite distanciar las sueltas ahorrando costes.
- Huertos y jardines. Debemos considerar la posibilidad de aplicar polen en épocas en las que escasean las flores (otoño e invierno). No hay que olvidar que muchos ácaros depredadores autóctonos no entran en diapausa en las zonas de costa que es donde más plagas hay. Aquí, pueden seguir “trabajando” si tienen polen como alimento de apoyo. También puede ser interesante aportar polen antes de aplicar herbicidas contra las malas hierbas. La mayor parte de las poblaciones de fitoseidos se encuentran en esta vegetación espontánea y sin ser conscientes de ello, eliminamos un hábitat que yo considero un valioso recurso que pone la naturaleza a nuestro alcance de manera completamente gratuita.