03
Abril
2014

La cebra y el tábano

Pedro Nieto Carrasco

Por fin hoy he descubierto porqué las cebras tienen rayas. Pensé que jamás me enteraría del  verdadero significado ecológico de esta estrafalaria librea. Tras varios siglos dándole vueltas al tema, unos investigadores  parecen que han dado con la clave del misterio.  

 

Después de muestrear el color de todas las especies de equinos del mundo junto con otros muchos parámetros, quedaron sorprendidos cuando vieron la coincidencia espacial de las poblaciones de las tres especies de cebras africanas  con el área de distribución potencial de la mosca tse-tsé y ciertas especies de tábanos.  Pusieron a los tábanos trampas cromáticas de muy diversos colores y confirmaron que donde menos capturas recogían eran en las que tenían listas blancas y negras. Cuanto más finas eran las rayas peor resultaba ser  la trampa. Al parecer, el tábano se siente atraído por la luz polarizada similar a la que emite la superficie del  agua donde las hembras depositan los huevos pero, según la bióloga Susanne  Akesson,  el rayado blanquinegro  es el mejor sistema para camuflarla.

Después de esto, quién sabe si las bolsas de plástico rellenas de agua que vemos colgadas  en la puerta de algunas casas para evitar la entrada de moscas y mosquitos  puedan tener  una fascinante base científica  (mira que me he reído yo con este invento y con el de los dvds colgados en las higueras).   Al parecer, la bolsa aumenta el flujo óptico y hace temer a los mosquitos de posibles colisiones en vuelo con sus congéneres.  Me decía el dueño de una frutería que si dentro de la bolsa de agua  introduces varias monedas nuevas, se multiplica por diez el poder refractario de la bolsa. Para que lo entendiera mejor añadía  “es como cuando  te viene un coche con las largas puestas”.

Se sabe desde hace tiempo que las cubiertas de cristal dejan pasar los rayos UV mientras que las placas de policarbonato no. Los rayos UV no son necesarios para realizar la fotosíntesis por lo que la planta puede prescindir de ellos. Pero en cambio, son necesarios para que los insectos puedan orientarse correctamente. Los cultivos protegidos con policarbonato son menos propensos a padecer plagas pues los insectos fitófagos, al perder gran parte de la visión no se desplazan y se expanden más lentamente.

Aprovechando esta propiedad, la industria de la plasticultura ha sacado una lámina foto selectiva que algunos ya  denominan “plástico inteligente”. Es capaz de filtrar los rayos UV y los infrarrojos (que son lo que provocan el calor) de manera que durante el día, hacen bajar la temperatura varios grados mientras que por la noche evitan que el calor interior escape. De esta manera se consigue una temperatura más uniforme a lo largo del ciclo vegetativo que incrementa la producción al mismo tiempo que merma la capacidad infectiva de trip y mosca blanca.

Pero estos sistemas de filtrado selectivo de la luz también tienen sus contrapartidas para el agricultor pues afectan negativamente a la capacidad de orientación de la artropofauna beneficiosa. Uno de los mayores problemas radica en la brusca bajada de los rendimientos de las colmenas polinizadoras.  El abejorro Bombus terrestris  es daltónico para el color rojo (como yo),  ve algo el azul y el amarillo y  es muy sensible al UV. Si necesitamos su ayuda para polinizar diremos  NO  al policarbonato y SI a la nueva generación de plásticos anti plagas pero con reservas. Deberemos poner las colmenas pegadas a las bandas o bajo las aperturas de ventilación donde puedan recibir luz solar directa.  Yo le diría al frutero que volar bajo este plástico debe ser “ como cuando vas conduciendo de noche solo con  las luces de posición”.