22
Abril
2014

Mariquitas espías

Pedro Nieto Carrasco

Hoy hemos soltado  algunas larvas de mariquita Cryptolaemus monstruozieri  depredadora de cochinillas cuyo aspecto estético es muy similar al sus presas lo que les permite camuflarse  frente a aves insectívoras y otros depredadores.   Pero me cuesta  entender cómo  las hormigas mutualistas pasan por lo alto de ellas y las respetan en contra de sus propios intereses  como si no advirtieran de su presencia.  

 Larva de cryptolaemus alimentándose de cochinilllas

Desconozco si se trata de un mimetismo químico por secreción de compuestos feromonales similares a los de las cochinillas o de la imposibilidad de abordarlas (como el zorro al erizo) debido a la cubierta cérea peguntosa que secretan sus trenzas "rastas". Buscando información sobre este fenómeno, he topado con un artículo de investigación de unos biólogos californianos que me ha dejado sorprendido. No hay guión de película de terror y suspense que lo iguale.

Se trata de una curiosa y compleja relación ecológica que tiene lugar en las plantaciones de café. Intervienen cuatro protagonistas: una cochinilla parásita de la planta del café, una hormiga pastora que se beneficia de las secreciones azucaradas de la cochinilla a quien defiende de cualquier posible enemigo, una mariquita que se alimenta de estas cochinillas y una avispa fórida que parasita a  las hormigas. 

La mariquita necesita poner los huevos cerca de las colonias de cochinilla pero las hormigas les atacan y destruyen sus huevos  para intentar reducir sus poblaciones.  ¿Cómo se las ingenian para ovopositar? Es aquí donde entra en juego el cuarto contendiente, la avispa fórida. Este insecto se estimula por el movimiento de las hormigas y cuando focaliza una obrera andando le introduce un huevo  clavándole el ovopositor en la cabeza a la velocidad de un rayo. Al eclosionar la larva  comienza a alimentase de tejido vivo pero respetando el sistema nervioso para mantenerla viva hasta el final. En el momento que  emerge el adulto fracturando desde el interior su cabeza, la hormiga cae fulminada.  Cuando las avispas sobrevuelan el cafetal, las hormigas disparan la alarma colectiva mediante la emisión de feromonas y entonces toda la colonia entra en estado catatónico e inmóvil con el fin de hacerse invisibles al ataque de las avispas fóridas.  La hembra preñada de la mariquita permanece siempre atenta interceptando las comunicaciones químicas de las hormigas y en el momento que detecta estas señales específicas de socorro aprovecha para pasar junto a las hormigas impasibles y depositar su carga de huevos justo debajo del vientre de las cochinillas. Esta operación debe realizarla antes de dos horas que es el tiempo que las hormigas permanecen en trance.   Transcurrido el peligro, las hormigas vuelven al pastoreo pero sin percatarse de que protegiendo a su aliado  protegen también  a  su molesto competidor.