Picudo I: Palmeras "de nadie"
Pedro Nieto.- 27 de diciembre de 2012
El picudo rojo, hoy día, tiene solución y además muy sencilla. Basta con tratar la palmera 6-8 veces al año con nematodos entomopatógenos y listo. Lógicamente, esta operación conlleva un coste variable que depende de la necesidad o no de contratar a un profesional, las condiciones propias del palmeral (número, accesibilidad y altura) y de la calidad de los productos utilizados. El mantenimiento de una palmera, a precio de mercado, oscila entre los 100 y 200 € al año, caro o barato según las posibilidades de cada cual. Hay quien afirma que el picudo rojo dejará en pie solo aquellas palmeras suficientemente valoradas por sus dueños.
En este sentido, hoy hablo de un grupo de palmeras mal valoradas cuya traducción económica, por falta de operaciones mínimas de prevención, empieza a dejar muchos “fósforos” en el paisaje. Son palmeras que quizás nadie plantó y por eso yo las llamo “de nadie”. Están situadas entre el arcén de una carretera y un bancal de naranjos, en el recodo de una cala o junto a un cortijo en ruinas. Mueren a cámara lenta ante nuestra indiferente mirada y actúan como focos infecciosos incrementando la presión de plaga sobre otros palmerales próximos.
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En el acceso norte de la Universidad de Almería, solo por poner un ejemplo, hay un grupo de datileras abatidas por el picudo rojo hace ya más de un año (foto central). A menos de cincuenta metros trabaja un grupo de investigación, pionera a nivel mundial en el estudio del picudo rojo. Algo no funciona.
Un caso que clama al cielo es la alineación de palmeras canarias que flanquea la carretera N-340 a su paso por Carchuna (Motril). Son palmeras públicas que pertenecen a la propia carretera víctimas del reajuste presupuestario y de la desidia. Digo yo que resultaría mucho más económico, seguro y digno quitarlas todas a una vez. El año pasado coincidió que pasé por allí varios días después del congreso sobre picudo rojo de Phytoma y constaté lo mucho que se sabe y lo poco que se hace.
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Palmerales “cultivados por el tiempo”
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Cortijo del Fraile donde ocurrieron los trágicos sucesos que inspiraron a García Lorca. |
También están amenazados numerosos palmerales, mil veces fotografiados, dejados a su suerte por una tutela de difícil rastreo (herederos de …). Son pequeños oasis rurales, muchas veces asociados a la tradicional arquitectura del agua (molinos, aljibes, norias, etc), que poseen entidad paisajista propia. Es muy probable que la catalogación del bien cultural solo afecte a la construcción y no a la vegetación que lo acompaña cuando en realidad es la asociación de ambos lo que resulta evocador.
El tratamiento sistemático preventivo suele ser más costoso que en otros palmerales urbanos por las dificultades de acceso. En estos casos, la vigilancia activa y el monitoreo con trampas se muestran como herramientas muy eficaces siempre que detrás exista una supervisión técnica.
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Cabo de Gata | Sierra Alhamilla | |
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Carboneras | Playa de Murcia | |
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Sierra Cabrera | Rambla de Tabernas |
En casos puntuales como estos, la administración local debiera asumir los costes y actuar de oficio en base a criterios históricos, turísticos o paisajistas. O al menos, establecer el plan de trabajo, localizar e informar a los propietarios, mejorar los accesos y facilitar la gestión de los residuos.
Parece demostrado que el picudo rojo afecta por igual a palmeras enfermas que a palmeras sanas y desde luego no tiene criterio para distinguir las palmeras urbanas de las palmeras naturalizadas. A diferencia de Canarias donde existe un verdadero dispositivo de vigilancia y control de las palmeras silvestres, en la Península no existe un protocolo de trabajo para estos palmerales semisalvajes normalmente asociados a zonas protegidas y cuya infección supondría un paso atrás en la estrategia de contención.
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Isleta del Moro |